martes, 10 de septiembre de 2013

Te llevaré a un lugar donde todo es posible, de Laurent Gounelle

Te llevaré a un lugar donde todo es posible es el título del último libro de Laurent Gounelle, autor del best seller No me iré sin decirte adónde voy.
Por Ayelén R. Araujo

Te llevaré a un lugar donde todo es posible,
L. Gounelle - Ed. Planeta.
La novela se propone abordar una situación psicológica compleja sobre dramas humanos, con un argumento tan complejo como igualmente interesante. Sandro es profesor de filosofía y toma una radical resolución a raíz de la muerte de su esposa: vengarla. Y esa venganza se desarrollará en una forma particular de crueldad. Sandro juzga culpables de la muerte de su mujer a una tribu que habita el Amazonas. Entonces se dirige a la selva, junto a un grupo de mercenarios que habían acompañado en el mismo viaje a su mujer, la cual era reportera de una revista.

Sin embargo, la venganza que se propone este destrozado e intelectual personaje protagonista no es predecible para sus acompañantes. Lo que busca Sandro no es aniquilarlos, sino hacer que sean infelices.

Es en este punto que la novela aborda una empresa ambiciosa. Muestra las confrontaciones culturales entre dos sociedades opuestas (Occidente y una comunidad de nativos) y nos hace asistir durante todo el libro a la destrucción de los rasgos de la cultura que se presenta más atrayente, la que nos es ajena. Sandro introduce en esa comunidad de nativos características de la modernidad, rompiendo con la libertad, inocencia y contacto con la naturaleza que tenían: los lleva a que desconfíen de sus pares, que se disgreguen, que sean anónimos ante sus semejantes.

Y acá se presenta otra cuestión que nos lleva a pensar la novela: la comunidad nativa pierde su armonía cuanto más parecida se vuelve a nuestra forma de sociedad. Te llevaré a un lugar donde todo es posible es un libro que plantea incómodos temas para reflexionar.
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martes, 3 de septiembre de 2013

"La vida que pensamos", por Eduardo Sacheri

Cuentos de futbol
Por Ayelén R. Araujo

El libro La vida que pensamos tiene dos atractivos para nuestro orgullo nacional: está compuesto por cuentos de futbol y, además, su autor es Eduardo Sacheri, creador de La pregunta de sus ojos, llevada al cine como El secreto de sus ojos, el famoso film argentino galardonado con el premio Oscar en el año 2010. Sacheri, además de su veta literaria, es licenciado en historia y docente a nivel secundario y universitario.

En este libro se reúnen relatos clásicos de este autor, como Esperándolo a Tito, donde se cuenta la nostalgia por la época de potrero dejada atrás por un jugador que triunfó en Europa, así como también cuentos inéditos, todos sobre el denominador común de los partidos de futbol.

Sacheri considera a este deporte como el telón de fondo, la excusa para contar las historias cotidianas sobre los grandes temas que desde siempre aquejaron y complacieron a la humanidad.

El mismo autor define sus narraciones como “historias de personas comunes y corrientes”. Y explica: “...Tal vez, porque me seduce y me emociona lo que hay de excepcional y de sublime en nuestras existencias ordinarias y anónimas.”
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Someone Still Loves You Boris Yeltsin - "Fly By Wire" (2013)

Pop para risueños
Por Jonathan Ilardi (@Gavroulis)


Someone Still Loves You Boris Yeltsin es un trío oriundo de Missouri, EUA, formado desde 1999. En la actualidad está asociado con el sello Polyvinyl Record Co., bajo el cual editaron tres de sus cuatro discos.

Someone Still Loves You Boris Yeltsin - "Fly By Wire"
Fly By Wire es desde el comienzo una puerta hacia un mundo helado y simpático. Sensación otorgada por los suaves ritmos que emanan los instrumentos, mientras la voz de Philip Dickey silba como el frío viento de los días invernales.

Su confianza propia (y la nuestra en ellos) pareciera crecer tema a tema. Desde el principio, la canción Harrison Ford propone un fresco arranque. La ventisca cancionera enfriará aún más el ambiente con temas como Young Presidents, Loretta, o Nightwater Girlfriend; o se amainará con temas como Mr. DotCover All Sides: muestra de la capacidad que SSLYBY tiene para elaborar también canciones un tanto melosas pero agradables.

Se podría decir que este álbum es un claro ejemplo de twee-pop, esa forma de etiquetar al pop indie cuyo sonido busca un tinte aniñado, dulce. Y dulzura como un helado en cucurucho, es lo que a Fly By Wire no le falta.


Someone Still Loves You Boris Yeltsin - Nightwater Girlfriend

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miércoles, 28 de agosto de 2013

Ensayo: Filosofía como sinónimo de aufklarung*

El camino hacia la luz o verdad
Por Victoria Moroy


Es aproximadamente en el siglo V a.C. cuando en la Antigua Grecia nace, aún con los resabios de su propia mitología, la filosofía propiamente dicha. El mundo griego comienza a cambiar su cosmovisión con el florecimiento de la <<polis>>, que marcará el advenimiento del dominio de la palabra (logos) por sobre los rituales místicos. No es más la voluntad de un dios supremo aquello que define el destino de los hombres, sino que son los mismos hombres quienes se juzgan a través de un marco jurídico que es un “bien común” (1). Es así, como en estas condiciones, el logos es un factor determinante en la época, que permitirá el pleno desarrollo de la labor filosófica.

El objetivo de este ensayo es el de exponer la construcción de la metafísica a través de la economía del cuerpo. Para su tesis expositiva se hará referencia a la filosofía platónica.

Platón distinguió claramente a través de la teoría del paralelismo de la línea (2) que todo ser es; lo único que podrá definirlo se encuentra en sí mismo. Por lo tanto, aquel ente que no cambia tiene la cualidad de inmortalidad y al mismo tiempo es esta misma la que da sentido a los objetos y conceptos del mundo inmanente.

“(...) También afirmamos que hay algo Bello en sí y Bueno en sí, y análogamente, respecto de todas aquellas cosas que postulábamos como múltiples; a la inversa, a su vez postulamos cada multiplicidad como siendo una unidad, de acuerdo con una idea única y lo denominamos ‘lo que es’. (...)” (3)

Así, en este marco trascendente se explica la igualdad absoluta, a lo que Platón llama “IDEA” y se encuentra en el orden supremo, al que debe aspirar el alma para obtener la verdadera “inteligencia”.

Por otro lado, Platón plantea la teoría de la reminiscencia (4), en donde explica que el alma, antes de nacer, ya estuvo en este plano trascendente.

“(...) Entonces, mucho antes de que nosotros comenzáramos a ver, oír y a experimentar las demás percepciones, fue preciso que hubiéramos adquirido ya de algún modo el conocimiento de la igualdad absoluta, si es que a su arreglo íbamos a referir las igualdades que nos aparecen en las percepciones que tenemos de las cosas; y al pensar, al referirlas, que todas ellas aspiran a ser de la misma naturaleza que aquélla y, sin embargo, resultan muy inferiores. (...)” (5)

Tomando en cuenta la última cita, la manera en la que conoce el hombre es muy inferior comparado con el conocimiento en sí. ¿Cómo podremos recuperar aquello que nuestra alma ha perdido al pasar a formar parte con nuestro cuerpo? “(...) Si la verdad de las cosas existe desed siempre en nuestras almas, es preciso que nuestra alma sea inmortal. (...)” (6)

Por lo tanto, preciso es aclarar que el cuerpo es mortal y el alma inmortal, de manera que sólo podremos gozar del pleno conocimiento de lo en sí cuando seamos solamente almas. Pero eso no significa la extirpación del cuerpo, significa que debemos utilizarlo como herramienta para llegar al conocimiento de la verdad.

Así, se puede ver como Platón juega con el significado de la palabra “soma” (cuerpo) por su cercanía sonora a la palabra “sema” (prisión), creando así un juego de palabras como aproximación. Los hombres se ven guiados a creer que es el cuerpo lo que expone lo verdadero, pues es lo más inmediato, visible y tangible. Sin embargo, son los sentidos los que más engañan y por eso mismo uno debe aprender a dominarlos. Pues es el alma aquello que no cambia y se mantiene siempre igual, de la misma manera que lo son las ideas. Es por eso que el hombre debe llevar a cabo un proceso ascético sobre su cuerpo:

“(...) Así creería como calculara el alma de un filósofo, y no creería que, si la filosofía le concierne desatarla, a ella, en cambio, mientras aquélla la desata, le corresponde ceder ante los placeres y penas para atarse de nuevo y realizar un trabajo perpetuo; (...) propone aquietar las pasiones, sigue el razonamiento y, sin apartarse en ningún momento de él, contemplando lo verdadero y lo divino, y lo que no es objeto de opinión, y enriquecida por ello, cree que así debe vivir mientras viva y que, una vez que su vida acabe, llegará a lo que es afín a sí misma (...) liberándose de los males que padecen los humanos (...)” (7)

Asimismo, se puede ver esta misma concepción en la alegoría de la caverna, donde Platón plantea que sólo aquellos que han salido de la cueva, de la oscuridad y han pasado por la luz logran ver nítidamente. Pues sólo quienes dejan su letargo llegan a conocer la verdad (ALETHEIA).

Finalmente, se podría decir que sólo aquellos que sepan administrar su OIKOS (casa), es decir, su cuerpo, serán capaces de llegar a ver la verdad del mundo. Pero este proceso sólo es posible a través de la represión de las pasiones, de “poner lo lejano cercano y lo cercano lejano” como le diría la diosa a Parménides en su proemio. Sólo aquellos quienes logren una completa EPOJÉ (duda) lograran salir de la ignorancia del hombre de la caverna.

En conclusión, no hay duda de que sólo las almas puras llevadas a través del camino ordenado y metodológico llegan al mundo “en sí”. La filosofía, la búsqueda de la verdad, es sin embargo tan sólo eso: la tendencia a obtener la verdad, pues el hombre jamás podrá obtenerla en su vida mortal. A fin de cuentas, los hombres sólo podemos tender a esa completitud, a esa luz reveladora; he allí la dialéctica de la filosofía: el iluminismo.




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*Iluminismo, en alemán
(1) Cfr. VERNANT, Jean-Pierre, Los orígenes del pensamiento griego, Capitulo IV, Ed. Paidós Studio
(2) Platón, República, Libro VI, Ed. Gredos, Madrid 1992
(3) Ibídem
(4) Platón, Felón, 72b-77a, Ed. Gradfico, Bs. As., 2006
(5) Ibídem, Pág. 42
(6) Platón, Menón o de la virtud, 86b-87b
(7) Platón, Felón, 77a-84c, Págs. 61-62, Ed. Gradfico, Bs. As., 2006
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martes, 27 de agosto de 2013

Kerouac y la Generación Beat

Por Ayelén R. Araujo

Kerouac y la generación beat, ed. Anagrama
Estudiar la vida del escritor Jack Kerouac es imposible sin sumergirse en los múltiples recovecos de la llamada "generación beat" y, al mismo tiempo, no se puede hablar de ella sin recordar a Kerouac. Es que el escritor estadounidense, junto con otros, construyó con su forma de vida a dicha corriente y, a su vez, plasmó ese universo fascinante en su obra literaria. Sobre estos dos fenómenos trata el nuevo libro del periodista Jean-François Duval, publicado tras años de estudios exhaustivos sobre el tema.

Si bien el centro de la obra, como su nombre lo indica, es Kerouac, también se aborda inevitablemente a otros personajes claves: el poeta Allen Ginsberg, Neal Cassady y su mujer, Carolyn, en el recorrido desde la niñez de Kerouac hasta su muerte.

Los temas centrales de la obra tanto de Kerouac como de los demás escritores de la generación beat son las drogas, la sexualidad libre, la filosofía oriental, el rechazo de las normas alienantes y una gran reflexividad cotidiana. Tanto es así que estos escritores sentaron las bases del hippismo, desarrollado posteriormente.

Recientemente se hizo película uno de los libros más conocidos de Kerouac: "En el camino", donde es posible visualizar la inferencia de estas vivencias en su literatura y la forma en que estos personajes construían su vida a través de su prédica, generando un ámbito rico cultural y filosóficamente, desde los bares donde encontraba lugar el jazz hasta los recónditos caminos que transitaban.


"On the Road" trailer

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lunes, 26 de agosto de 2013

La Brújula: "Fue la lucha, tu vida y tu elemento."

Historia de un rebelde con causa
Por Juan de Cillis Dorin

Domingo F. Sarmiento
Mucho habremos escuchado sobre el hombre al que refiere el título de esta nota. De vende-patria a padre del aula, desde "Excelente presidente" hasta "Un facho"; de “el del billete de 50”, hasta tener su propio himno; Domingo Faustino Sarmiento se aparece en las pesadillas de alumnos y profesores desde hace más de un siglo.

Como hemos visto, mucho se dijo de el y se seguirá diciendo, por lo que se dedica una nota especial en la semana del aniversario de su nacimiento.

Pero en la nota de hoy, incurriremos en una anécdota mundana que linda con lo vulgar. En el año 1862, provincia de San Juan, Argentina, el colegio electoral provincial anunciaba a la población sanjuanina que el nombre de su nuevo gobernador empezaba con Domingo, y entre insultos y aplausos, un Sarmiento que se encontraba casi en el auge de su carrera política, juraba: "(...) bajo los santos evangelios, desempeñar (...)"

Había quienes pronosticaban una etapa de progreso para la provincia, aunque también había quienes disconformes con la elección del colegio electoral, auguraban un gobierno conservador y represivo; pero nadie, ni siquiera nosotros, nos imaginaríamos cuál fue y como llevo a cabo su primera medida en el puesto de gobernador.

Al segundo día de asumir, Sarmiento anunció una medida que fue ampliamente aceptada por los sectores más populares y los políticos más renovadores de la provincia: por primera vez en la historia argentina, un político (en este caso, un gobernador) se atrevía a sacarle a la iglesia católica, la posibilidad de educar a los alumnos.

Las críticas no tardaron en aparecer, y rápidamente toda la cúpula eclesiástica de la provincia conformó la primera oposición al reciente gobernador.

Un párroco, aprovecho la misa del domingo y expresó: "El gobernador es el mismísimo diablo. (...) Tengan cuidado, porque el gobernador tiene cuernos, y cola."

Sarmiento tenía el defecto o virtud (según quien lo mire) de no quedarse callado y retrucar a cada persona con la que no compartía opinión; al enterarse de lo dicho por el joven sacerdote, el gobernador no aguardo mucho tiempo para contestar y al día siguiente: "el padre del aula", "ejemplo de los maestros", "creador de la Secretaria de Educación y de tantísimos colegios" observó que el sacerdote iba por la vereda contraria a la que se encontraba el y, llamando su atención, expresó: "Padre, venga a tocarme así puede comprobar su sermón -tocándose la cola-: ¡No tenga dudas, soy el mismísimo Lucifer!"
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sábado, 24 de agosto de 2013

Party Monster, de Fenton Bailey y Randy Barbato

Money. Success. Fame. Glamour.
Por Tomás Rodríguez

Macaulay Culkin
¿Qué tienen en común Macaulay Culkin, el asesinato, la droga y la noche neoyorkina de los años 80? Party Monster. Una historia real, basada en la novela Disco Bloodbath sobre el ascenso y caída de una de las figuras de la diversión nocturna en la historia de New York, el "King of the Club Kids", un grupo de personalidades de la noche neoyorkina famosos por sus exagerados y extravagantes disfraces, sus excesos en el consumo de drogas, pero sobretodo su hambre voraz por divertirse y por las fiestas, acaso víctimas de un entorno familiar chato que no los entiende y como subcultura que son, inventan sus símbolos y celebraciones y viven felices hasta que la burbuja estalla.


En el año 2003, los realizadores Fenton Bailey y Randy Barbato (Dos simpáticos locos fundadores de World of Wonder Company) reconstruyeron en un film el universo bizarro y borderline de las discotecas ochentosas de NY para contarnos la truculenta (y llena de brillantina) historia de Michael Alig, uno de los RR.PP. más populares de aquel entonces, quien, como Culkin dirá en la película encarnándolo, quería crear su propio mundo: uno donde la diversión durará para siempre. Así, un poco actor, un poco estrella, un poco mago, viaja desde su lugar natal a la gran ciudad y conoce a James St. James (quien será el autor y testigo de Disco Bloodbath), otro gran promotor de fiestas quien lo introduce en la dinámica de la vida nocturna. La vida de Michael será un abanico variopinto de brillo, música, sensaciones psicodélicas, estados alterados de consciencia (drogas), un despertar sexual travieso y cachondo, y luego, la caída y el ocaso que toda estrella enfrenta cuando los excesos están a la orden del día. La película también relata eso, cómo esas vidas brillantes, glamorosas, llenas de fama y de elogios que las rodean, finalmente arden un momento, antes de ceñirse de sombras. El brillo ha sido quizás no otra cosa que una mentira agradable y pasajera; y la película, que empieza siendo (y continúa siéndolo casi hasta su conclusión) un laberinto de color, música y divertido desparpajo, del cual uno no puede no disfrutar, termina en asesinato. (Tranquilos, neuróticos del “no me cuentes el final”, la película lo anuncia desde el comienzo.) La historia comienza narrada por Michael y James siendo ya ambos amigos de parranda, quienes nos hablan a cámara y se disputan el protagonismo (en alguna forma, Michael logra robarle el estrellato a James a lo largo de la película aprendiendo de él, como un alumno aprende de un maestro, aunque James tendrá hacia el final de la película su venganza: presten atención cuando al principio diga “Avancé en mi novela, ya tengo dos páginas” a modo de broma.)

Un párrafo aparte nos merece la hechicera interpretación de Culkin, aquel nene rubio y tierno que veíamos cuando éramos chicos burlar a una pareja de ladrones en Mi Pobre Angelito. Acá, la transformación nos da quizás algo de impresión: Culkin parece trabajar durante toda la película la imagen y la sensación de estar aturdido por la droga y la decadente frivolidad de esa vida salida de eje que James y Michael llevan con tanto orgullo. Lo de verdad abyecto, es que la historia de Michael se confunde con la de su intérprete: ambas estrellas transitaron el ascenso y el descenso, aunque por caminos distintos. La ternura y la alegría del nene incomprendido que queda solo en casa durante Navidad, se convierte en un monstruo, un freak, que empieza siendo sensacional y luego es solo eso: un monstruo. Perdido, sin capacidad de respuestas, pero que no parece querer (o incluso poder) encontrarlas. Solo se suelta en ese laberinto drogadicto. Qué increíble lo cerca que quedan la infancia angelical y el exceso muchas veces fatídico, pero absolutamente seductor.


La película obtuvo malas críticas (sí, se hablará con audacia de la mala recepción que tuvo esta película, pero ustedes deberán confiar y verla con esperanza de ser conmocionados, porque sepa, estimada audiencia: la crítica ha cometido enormes asesinatos innecesarios, no le den todo el crédito del mundo), siendo considerado su exhibición de lujo kitsch y tedioso, y hay algo cierto en esto: la película nos mete en ese mundo colorido y desbordante, y si lo vemos desde la perspectiva del cine típico o más cerca de los formatos clásicos, esto puede ser tedioso, falto de objetivo y agotador. Es una de esas películas "camp", que a quien le llame la atención lo harán por su forma y estética (que encierra contenido, y es contenido), no tanto por los acontecimientos que informa. Si bien la película fue un fracaso, Robert Ebert, un crítico del Chicago Sun-Times coincidió conmigo (o yo coincidí con él) dándole cuatro de cinco estrellas y elogiando la interpretación de Culkin, llamándola “falta de miedo”, y alegando que la película si bien carece de visión, nos hace sentir tristes y vacíos, no por el protagonista, si no por nosotros mismos, y que “...Tal vez, así tenía que ser.”

"Una era en que los valores son el dinero,  éxito, fama y glamour."
Estas cosas llaman la atención: Party Monster pretende mirar más allá de cierta ansia de lujo y frivolidad, entender vacíos personales y la búsqueda de satisfacer emociones igualmente vacías. Quizá muchos de los que vean esta obra (sobre todo los jóvenes) envidiarán por un momento a sus protagonistas. Las drogas, esos disfraces llamativos con los que caminan libremente por las calles hacia las fiestas donde son reyes de la noche, provocan, aunque a la vez generen aversión. Existe una sensación sedosa en querer traspasar los límites razonables, y el filme lo explota todo el tiempo. Nos hace cómplices del fárrago de sus personajes, igual que las divas y estrellas que tienen caprichos y desmesuras, que en el marco de la ética cuestionaríamos.

Las estrellas, ni piensan, ni se miden, ni cuestionan: brillan, y las amamos por eso. Las estrellas, una bola de gas que arde a millones de kilómetros de nosotros, nos encandila con su brillo e invita a admirarla en el cielo nocturno y bailar a su ritmo. Hasta que se apague, por consumirse a sí misma. Son esas existencias exaltadas, eyectadas hacia a algún lugar, cayendo hacia delante, a donde sea, y que carecen de fondo o base, las que dan envidia. Porque tener base, tener fondo, es tener entonces límites. Eso gusta, es necesario, pero al mismo tiempo, un enorme bajón.

Marilyn Manson
La Perlita 1: Es imperdible la aparición de Marilyn Manson haciendo de una drag queen totalmente pasada de rosca.








Seth Green

La Perlita 2: James St. James es interpretado por Seth Green, el hombre-lobo de Buffy, la Cazavampiros.







Por último, quizá no sea ético alentar el alcoholismo desde una crítica cinematográfica, pero un vaso con vodka mezclado con alguna cosa a gusto podría ser un excelente compañero para este film (el crítico a cargo habla por experiencia). Sentirán un horror incómodo, el filme oscila entre la apología del desenfreno y una bajada de línea moralista en el acto de exhibir el oscuro final de Alig, pero antes de eso reírán, sonreirán, y se divertirán al son de la dinámica bolichera junto a aquellos fenómenos travestidos e ilimitados. Porque tal vez, lo grande que deja como sensación esta obra, es que la caída lógica de aquel que no sabe detenerse, no inválida el camino glamoroso que ha transitado. En la vida se puede perder todo, menos el brillo.

Para mayor información sobre estos dos locos que han reventado tanto en el celuloide como en la vida real, no se pierdan Party Monster: The Shockumentary.

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martes, 20 de agosto de 2013

La verdad sobre el caso Harry Quebert, por Joël Dicker

Por Ayelén R. Araujo

La verdad sobre el caso Harry Quebert es el nuevo thriller policial del escritor suizo Joël Dicker. Al parecer el punto fuerte de la novela es su trama en torno a la resolución de un asesinato que involucra a los protagonistas.

El libro comienza situado en el éxito que obtiene el joven escritor Marcus Goldman (quien narra la historia) al publicar una novela basada en la vida de Harry Quebert. Luego la historia retrocede para mostrar el bloqueo que sufrió el escritor tras publicar su primer novela, momento en el cual visita a su amigo Quebert. Este sin querer lo ayuda a seguir adelante con la escritura, brindándole la inspiración que le faltaba: una historia de su pasado, acerca de un amorío que tuvo con Nola Kellergan, una joven posteriormente desaparecida.

Cuando Marcus vuelve a su casa, se entera que Nola está muerta y Harry es acusado por el crimen, por lo que se dispone a ayudar a su amigo, iniciándose la secuencia sustancial del argumento, conformada con la investigación del asesinato, la historia de amor y las vidas de los propios protagonistas, junto con los consejos que Harry le da a Goldman acerca de la escritura.

Es inevitable, cuando los libros narran sucesos de personajes que se dedican a la escritura, imaginarse la historia a modo de catarsis, y pensar que tras ese narrador en primera persona se esconde un miedo del verdadero escritor a la hoja en blanco, o un bloqueo superado. En definitiva, todos los personajes de todas las historias nos dejan vislumbrar un ápice del alma del escritor, que queda impregnada en la obra.
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