lunes, 29 de julio de 2013

La Brújula: "Ellas Sobrevivieron"

Cultura

Gesto de caballerosidad.
Por Juan De Cillis Dorin
En la madrugada del 19 de Abril de 1912, los pasajeros del Titanic recibían alarmados la noticia de que el barco más fuerte de la historia se hundía con ellos dentro.
Existen las más diversas explicaciones de por qué la enorme embarcación, que se decía que era indestructible, terminó hundiéndose. También se ha hablado del gesto que tuvo el capitán de hundirse con su nave, sobre aquella pareja de enamorados que a tantas personas hizo llorar en los cines, y hasta sobre una banda de violinistas que se hundió tocando, pero no se menciono un grandioso acto de caballerosidad.
El Titanic contaba con una tripulación de 860 personas que, sumados a los 2787 pasajeros, sumaban un total de 3647 personas de las cuales, luego del hundimiento y posterior rescate de sobrevivientes, se encontraron nada más que 2000.
Cuando la noticia del hundimiento corrió por todas las cubiertas y los pasajeros, desesperados, intentaron correr a los botes de emergencia, enterándose posteriormente de que estos no daban abasto, las autoridades del barco debieron “filtrar” y seleccionar (dicho de manera vulgar) quién moría y quién no.

Como se acostumbraba, primero se seleccionó para que se salvasen los niños/as y mujeres de primera clase, luego los hombres de primera, luego los niños/as de segunda y los hombres de segunda y así sucesivamente… Este sistema de “selección”  logró que las personas que habían pagado pasajes más baratos se revolucionasen e intentasen tomar los botes, a lo que la tripulación del barco respondió reprimiendo y bloqueando las puertas de escape.


El barco continuó inclinándose hacia adelante (ya que ahí se encontraba la pérdida) y la evacuación se desarrollaba según lo previsto, pero cuando la inclinación comenzó a notarse, y la parte trasera a elevarse, los tripulantes no pudieron contener más las puertas de escape de la tercera clase y esta, por la fuerza, tomó la cubierta.
Pero los botes de salvataje ya escaseaban y, al igual que como se venía haciendo, decidieron embarcar primero a los niños/as y mujeres, pero esta vez, los hombres no pudieron embarcarse ya que ni siquiera se embarcaron todas las mujeres ante la escases de botes y, como es reflejado en la película, muchos terminaron arrojándose al mar flotando sobre muebles.



A la mañana siguiente, al hacerse el recuento de víctimas, se descubrió que aproximadamente 1600 personas habían perdido la vida, de las cuales solamente 100 eran mujeres.
¡Un gran y triste gesto de caballerosidad!
 

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