...De cuando dejó de ser Victoria y empezó a ser Alma
Por Tomás Rodríguez
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Por Tomás Rodríguez
Los Quilmeños tenemos un motivo para celebrar: tener en nuestros pagos la
posibilidad de asistir a un espectáculo que revela a una artista formidable.
Hablo de la obra Alma de Armando
Saire y Lorena Székely, cuya dirección está a cargo del primero y de Leonardo Odierna, que se presentará
los domingos 5 y 12 de mayo y el 19
de mayo a las 20.00 hs en nuestra Casa de Arte Doña Rosa.
¿La trama? El texto es poético y sencillo, y rescata una historia típica
del folklore popular: una ingenua y dulce chica del interior viaja a Buenos
Aires por trabajo y termina siendo abusada y obligada a prostituirse. El texto
está inspirado además en la película La
profesión de Irina Palm (2007, Sam Garbasky) y en la obra de Bertold Brecht
El alma buena de Se Chuan.
La obra transcurre por lugares comunes de las historias que cuentan los
tormentos que aquellos que vienen “del interior” sufren al enfrentarse a la
violenta vorágine de las grandes urbes y sus personajes siniestros. Pero,
aunque el texto es sencillo y uno logra adivinar qué vendrá después (no peyorativamente, si no
descriptivamente), es este espectáculo la prueba cabal de que el arte es
sobretodo cómo y no tanto qué; este es un cuento cuya historia es
simple pero quien lo cuenta es un magistral narrador. Me estoy refiriendo con
esto a la intérprete (también responsable de la dramaturgia) Lorena Székely,
una criatura escénica de la que Quilmes no puede perderse, y de la que no se ha
perdido ya mucha gente (aclaremos que este espectáculo viene haciéndose en
Capital Federal desde hace un tiempo y que ha sido elogiado por medios como La Nación y Revista Veintitrés)
Lorena es apabullante, y es imposible no sentirse tomado por su
interpretación. Su actuación es inteligente, y que no se entienda por esto la acepción
obvia de que remite a la actividad intelectual puramente analítica: es
inteligente porque hace pensar, hace trabajar la cabeza, la escena no nos da
todo servido, sino que insita a seguir la historia a través de la mirada que
proyecta en el espacio, un sutil cambio de tonalidad física que nos indica que
ahora la actriz no es más un personaje, sino otro con igual carnadura que el
anterior, las palabras bien dichas; el uso de una larga melena negra que nos
muestra el tren, la ventanilla, el asiento, la lluvia que la moja, sin ninguna
necesidad de escenografía (la puesta es despojada, tan solo una silla, una
maceta y un antiguo maletín marrón acompañan a la actriz en escena, más los
cambios de luces que refuerzan climas). El espectador “se asoma” por medio de
todas estas cosas que componen la interpretación del cuento que se desea
contar.
Con todo esto, ella sola nos lleva de viaje, un viaje similar al que su
personaje hace desde su pueblo natal a la Gran Ciudad que se le presenta
primero “llena de luces como si fueran bichitos de luz” pero que le reserva tan
sólo un sinfín de malas pasadas.
Lorena Székely es como una trovadora juglaresca, que viene de lejos sola
para contarnos, con toda su presencia, un pequeño cuento sobre un escenario.
No exagero cuando digo que este tipo de espectáculos nos muestra como
pocas veces que es teatro. Más allá
de las obras más espectaculares, llenas de lenguajes holgadamente trabajados
como la luz, el vestuario, la escenografía (las cuales son para nada
despreciables) acá tenemos una actriz y un espacio: sobre él, el intérprete con
su pelo, sus manos, su voz, el cuerpo entero, transmite más allá de lo que cuenta.
Y el teatro es eso que sucede a
través de la acción del actor/actriz. Esa es la razón por la que recomiendo
esta obra, la que nos cuenta una historia que hemos escuchado en forma de
crónicas miles de veces, pero que nos deja en estado catatónico, pensando: “no
puedo creerlo, esto pasa en serio; yo lo sabía, pero ahora vuelvo a saberlo”.
Es por eso, y no por otra cosa, que se siguen tomando historias mínimas y se
las transforma en trabajos máximos.
La tierna y estremecedora cita es en nuestra Casa de Arte Doña Rosa, Colón 279; Quilmes.
Reservas: 4224-7270. Entradas:
$40.
Staff:
Dramaturgia: Armando Saire, Lorena Székely
Diseño de Iluminación: Nestor Navarría
Escenografía y Vestuario: Mercedes Piñero
Producción: Pablo Mariuzzi
Asistencia de Dirección: Nestor Navarría
Producción General: Grupo Sin Guardia
Prensa: TEHAGOLAPRENSA
Comunicación: Luciano Székely
Fotografía: Lucila Arietti (www.flickr.com/aycholita)
Dramaturgia: Armando Saire, Lorena Székely
Diseño de Iluminación: Nestor Navarría
Escenografía y Vestuario: Mercedes Piñero
Producción: Pablo Mariuzzi
Asistencia de Dirección: Nestor Navarría
Producción General: Grupo Sin Guardia
Prensa: TEHAGOLAPRENSA
Comunicación: Luciano Székely
Fotografía: Lucila Arietti (www.flickr.com/aycholita)
Tráiler: Andrés Portaluppi,
Lucía Manzano
Blog: http://almaunipersonal.blogspot.com