viernes, 5 de abril de 2013

Cierra la célebre empresa de videojuegos, 'LucasArts'

Videojuegos

El fin de LucasArts

Por Ariadna Riccitelli

Me gustaría estar escribiendo hoy, acá, para hablarles de que estoy vendiendo unas fabulosas chaquetas de cuero… Pero no, ayer fue un día muy triste para todos los maniáticos pixelados. Estoy escribiendo acá, para hablar del cierre de LucasArts por manos de The Walt Disney Company.

¿Cuántos de nosotros pasamos nuestra infancia siendo escupidos derrotando una y otra vez al Pirata Fantasma Lechuck (luego Pirata Fantasma Zombie, después Pirata Fantasma Zombie Demonio y, finalmente, todas las anteriores intercambiadas y sumadas a una forma humana) en el Monkey Island, volando todo por los aires en el Maniac Mansion, salvando al mundo del Tentáculo Púrpura en el Day of the Tentacle,  armando esqueletos de tortugas extraterrestres en The Dig, entre muchas otras aventuras?

Desde el Maniac Mansion, lanzado en el año 1987 (estrenando el emulador SCUMM) hasta la cuarta entrega de MI, Escape of Monkey Island (muy criticada por los fans devotos de la saga), nuestra infancia-adolescencia se vio repleta de una serie de aventuras gráficas que abrieron y cerraron los ’90 con broche de oro. LucasArts (previamente LucasFilm Games) nos abrió un mundo de sensaciones nuevas y puzles que nos obligarían a sobrecargar nuestro cerebro con estrategias a la hora de dormir, hasta el otro día, momento en el cual se pondrían en práctica las tretas que nos ayudarían a develar los misterios y acertijos de estas aventuras
  
Pero ya no todo son risas y sarcasmo, puesto que anteayer, 3 de abril del año 2013, luego de meses de especulación, The Walt Disney Company decidió sacar a la luz su decisión de cerrar LucasArts y LucasFilms, cancelando también la esperada salida de Star Wars: 1313 y Star Wars: First Assault, además de dejar sin trabajo a, aproximadamente, 150 personas. El “argumento” fue que, al haber tenido tan poco éxito con las últimas entregas de Star Wars, no querían “arriesgarse como empresa”, por lo que, para reducir gastos, ahora se limitarían simplemente a encargarse de las licencias. Lo único que realmente esperamos es que no aparezca Manny agitando su guadaña y diciendo “¡Hola, mi nombre es Manuel Calavera y estás viendo Disney Channel!”

En fin, a pesar de que ya nunca sabremos con total exactitud cuál es el secreto de Monkey Island, ni cuántos hámsters estaría dispuesto a reemplazar (luego de una excursión por el microondas) Ed el Raro, nos quedan los millones de recuerdos que nos llevamos de cada píxel que nos deslumbró durante tantos años.

No queda nada que decir, más que:  ¡Mira detrás de ti, un mono de tres cabezas!

 

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