viernes, 7 de junio de 2013

Me Aburro. ¿Cómo hacer teatro hoy?

¿Cómo hacer teatro hoy? Algunas ideas para reflexionar.
Por Tomás Rodríguez

Aburrido, ridículo, serio, solemne. Teatro. Un actor o varios representando un personaje que está escrito, guiándose por “lo que dice en el texto”. Imagino a un adolescente de nuestros tiempos, a uno cualquiera, ni siquiera a uno que particularmente se sienta interesado por todo esto. ¿Se imaginan la tortura de ese pobre muchacho contemplando algo que no tiene nada que ver con él? Que no tiene nada que ver con los dibujos, series, programas de humor que mira, que no tiene nada que ver con el sentido de su época o con la velocidad o dinamismo de sus tiempos. En fin, ¿se imaginan a ese chico observando un teatro “que no compite” con el resto de los estímulos que él frecuenta? ¿Se lo imaginan aprendiendo algo yendo a ver un Hamlet, dicho lenta y exageradamente, con capa larga de terciopelo negro (típico de un típico Hamlet)? “Me aburre” dice el pibe, y lo perdemos para siempre nosotros los teatristas.
Escribo esto que no se si tiene que ver específicamente con el teatro, o más bien con la sociedad y la cultura, o con preguntarme qué políticas tomar para hacerle frente a los prejuicios con los cuales un chico se enfrenta a manifestaciones culturales (lo enfrentan, mejor dicho).

¿Por qué hacemos teatro? ¿Por qué otra vez Hamlet? ¿Por qué de nuevo un Moliere? ¿Un Beckett? ¿Un Lorca? ¿Un Florencio Sánchez? ¿Para qué? ¿Tiene sentido aburrir a un chico con las viejas y poco interesantes formas? ¿Es el teatro sólo “lo que está escrito en el papel”? El papel es la parte más chiquita de una obra de teatro. Son los huecos que lo circundan aquello donde el teatro palpita, y en esos abismos oscuros que esperan que se los ilumine es donde puedo seducir al espectador del siglo XXI, que nada tiene que ver con lo que le pasaba al espectador del momento donde se originó la obra. El espectador del teatro isabelino vivía en estado permanente de alerta debido a los levantamientos de los señores feudales en contra de Isabel I, y veía en las obras ejemplos de conducta, de lo que el orden es y de cómo se paga romper con el orden y la armonía. ¿Tiene esto que ver con, por ejemplo, un vecino de Quilmes? ¿Sí? ¿No? ¿En qué?
¿Cómo debo contarle “El Burgués Gentilhombre” a un chico de hoy? Me pregunto por qué tenemos miedo a preguntarnos cómo impactar al espectador de la actualidad, y esta pregunta es interesante sobre todo para alguien de aquí, de Quilmes, donde la gente que hace teatro (con la mejor buena voluntad) muchas veces cree que porque no se cuenta con dinero o porque es una producción amateur de barrio o provincia no es una oportunidad para explotar (aunque sea intentarlo desde la inexperiencia) todos los lenguajes posibles de una puesta en escena.
¿Es falta de respeto o una graso error actualizar una obra? Hamlet fue escrito para el espectador del siglo XVI en Londres, un hombre que no tenía computadoras o teles, tampoco radios ni música pop, tampoco efectos con luces robotizadas, ni luz eléctrica, ni demasiados otros entretenimientos populares además del teatro. Uno hasta podía pensar que era más fácil sorprender en ese momento que ahora, después de todo, antes no había un Harry Potter o un Blade Cazador de Vampiros. Imaginemos una función escolar para chicos de secundaria de Hamlet. Ejemplo:
¿Por dónde le entro a este pibe? ¿Por dónde? ¿Cómo lo convenzo, cómo lo seduzco, cómo atrapo sus sentidos, su atención, cómo involucrarlo? ¿Cómo hacer que el espectador de hoy entienda qué quiso decir originalmente ese texto? ¿Cuáles son las equivalencias de esa historia con el hoy? ¿Hamlet será menos Hamlet porque le ponga un jean roto y un despeinado pelo lleno de espray? Eso se ve más reconocible, más parecido al hoy. Hablemos claro, sin solemnizar ni declamar, veamos qué pasa. El teatro no es un hecho arqueológico. Necesita renovarse permanentemente. ¿Se bancará la gente hoy una obra de seis horas como lo era Hamlet cuando se estrenó? La versiono, hago una versión de una hora y media, busco lo que más me interesa, lo más importante. Basta de hacer descansar la magia en la palabra: busquemos acción, movimiento. Cosas que en el texto no estén. ¡El texto no está completo, señores! Y ha sobrevivido en el océano del tiempo hasta llegar a las costas de nuestros días, y debemos agregar, resinificar, porque el mundo ha cambiado, porque la forma de mirar ha cambiado, porque hoy el teatro se ha convertido en diversión de sólo un porcentaje de aquella masa que tuvo antes y que hoy ha remplazado el teatro por el cine (aunque el teatro no muera jamás). Si aprendemos a adaptar los textos a nuestra forma, a nuestro tiempo y ritmo, dejaremos de aburrir. Jean Genet, hombre de teatro, decía: “¿Cómo pretenden que la gente ame lo que les queda lejos?”. Tendremos más espectadores si demostramos que el teatro aún puede competir en el mundo de las emociones y estímulos, ganaremos si demostramos que en este mundo donde nos bombardean de imágenes todo el tiempo y nos invaden películas de efectos especiales, el teatro aún tiene algo que decir. No seamos ridículos, plomos, aburridos: hinchapelotas. Basta de joderme con los versos de un autor de hace 600 años, hagan que la esencia de Hamlet explote sobre mi cara, aquí y ahora. ¿Acaso esperamos temer, amar, llorar y conmovernos por las mismas cosas que él, una persona de hace 600 años? Los que quieran decir “ya” y ver pasar ante sus ojos una historia que sea siempre igual a sí misma, tienen el cine, arte que se filma una vez y permanece congelado hasta el fin de los tiempos. Para todo lo demás, preguntémonos por qué Fuenteovejuna sigue siendo interesante. Escribo este ambivalente articulo lleno de preguntas con la esperanza de que los teatristas de Quilmes y de la Capital, de todas las edades, sobre todo los que quieren que cada vez el teatro signifique más para más gente, abandonen sus bajas pretensiones y quieran hacer del teatro lo que de verdad es: un maravilloso quilombo que le da un tiro al espectador en la cabeza mientras la obra dure.



 

Copyright © Jóvenes y Parlantes Design by Free CSS Templates | Blogger Theme by BTDesigner | Powered by Blogger